jueves, 9 de septiembre de 2010

COSITAS PARA ENFRENTAR UN CÓLICO INFANTIL



Dr. Lorenzo Orellana Luna.- Casi todos los bebés pasan por un período en el que son quisquillosos o melindrosos. Cuando el llanto dura más de tres horas y no es causado por ningún problema médico (como una hernia o una infección) se le llama cólico. Este fenómeno se presenta en casi todos los bebés y lo único que lo diferencia es el grado. no olvidarse de los controles médico y no tentar con la automedicación

Causas, incidencia y factores de riesgo

Los cólicos usualmente comienzan al final de un largo día cuando el bebé tiene justo la edad en que la falta de sueño de los padres ha empezado a arraigarse. El bebé deja de ser ese bebé maravilloso, callado, pacífico y comienza a gritar todas las noches. No es de extrañarse que los padres estén frustrados, desanimados y deprimidos.

El niño con cólico tiende a estar inusualmente sensible a la estimulación. Algunos bebés experimentan una incomodidad mayor por los gases intestinales, algunos lloran de hambre, otros por comer demasiado. Algunos niños que están siendo amamantados no toleran algunos alimentos en la dieta de la madre. Algunos bebés alimentados con biberón no toleran las proteínas de la leche de fórmula. El miedo, la frustración o hasta la excitación pueden llevar a la molestia abdominal y el cólico. Cuando otras personas alrededor de ellos están preocupadas, ansiosas o deprimidas, los bebés pueden llorar más, lo que a la vez hace que aquellos a su alrededor estén aún más preocupados, ansiosos o deprimidos.

Aproximadamente el 20 por ciento de los bebés lloran lo suficiente como para encajar en la definición de cólico. El momento varía, pero el cólico usualmente afecta a los bebés inicialmente durante la tercera semana de vida llegando a su máximo en alguna parte entre la cuarta y la sexta semana.

¡El cólico no dura para siempre! Después de aproximadamente la sexta semana de vida, generalmente comienza a mejorar lento pero seguro y en general ha desaparecido para la duodécima semana de vida. Cuando el cólico todavía es fuerte a las doce semanas, es importante considerar otro diagnóstico (como reflujo).

Síntomas.

El cólico frecuentemente, pero no siempre, se inicia a la misma hora cada día y para la mayoría de los bebés, los melindres más intensos son en las noches. El ataque inicia generalmente de una manera repentina. Las piernas se doblan sobre el abdomen, el vientre se distiende y las manos se cierran en puños. El episodio puede durar de varios minutos a horas y generalmente termina cuando el bebé cae exhausto o cuando defeca o pasa el gas.

A pesar del dolor abdominal obvio, los bebés que sufren de cólico comen y suben de peso normalmente.

Signos y exámenes.

El cólico usualmente se diagnostica sobre la base de la descripción que da el padre del llanto. Un examen físico cuidadoso es importante para asegurarse de que el bebé no tenga una hernia, una intususcepciónintususcepción, un torniquete de pelo, un pelo en el ojo o algún otro problema médico que necesite atención. Si el diagnóstico no es claro, pueden ser necesarios más exámenes.

Tratamiento.

Ayudar a un bebé con cólico es principalmente una cuestión de experimentación y observación. Lo mejor es cuando se puede identificar y eliminar un desencadenante. Aun si es difícil, se debe aprender cuáles son las medidas más reconfortantes para el bebé. No olvidarce que el bebé debe ser valorado por un médico pediatra para descartar patologías quirurgicas.

POSIBLES DESENCADENANTES

Comidas: si la persona está amamantandoamamantando, debe evitar estimulantes como la cafeína y el chocolate. Se debe intentar eliminar los productos lácteos y las nueces por algunas semanas, ya que pueden estar causando una reacción alérgica en el bebé. Otras comidas también pueden irritar al bebé.

Preparado para biberón: cambiarlo NO es de ayuda para la mayoría de los bebés, pero es importante para algunos.

Medicinas: algunos medicamentos que la madre esté tomando pueden también provocar el llanto.

Alimentación: si la alimentación con biberón toma menos de 20 minutos, es posible que se deba a que los orificios del biberón son demasiado grandes. Se debe evitar la alimentación en exceso o demasiado rápida.
A menudo se escucha que las madres que están amamantando deben evitar el brócoli, la lechuga, las legumbres y otras comidas que producen gas. No obstante, no hay muchos indicios de que estas comidas sean un factor desencadenante.

CONSEJOS PARA RECONFORTAR AL BEBÉ

Para cada niño funciona algo diferente. Algunos prefieren que se los envuelva en una cobija caliente y otros prefieren estar libres. Se deben intentar diferentes recursos y poner atención a lo que aparentemente funciona aunque sea solo un poquito.

Cargar a un niño es una de las medidas más efectivas. Mientras más se les cargue, aun temprano en el día cuando no están quisquillosos, lo serán menos en la noche. Esto no malcriará al niño. Las mochilas portabebé pueden ser una gran ayuda para esto.
Cuando los bebés lloran, tragan más aire, creando más gas y tal vez más dolor abdominal lo que causa más llanto. Este círculo vicioso puede ser difícil de romper. Mecerlos suavemente puede ser un buen calmante; esto es directamente reconfortante y parece ayudarlos a pasar el gas. Cuando los padres se cansen, un columpio para bebés es una buena alternativa para los bebés de 3 semanas o más que tengan un buen control de la cabeza.
Cantarle canciones de cuna a los bebés puede ser muy reconfortante. De hecho, no es una coincidencia que las canciones de cuna existan en casi todas las culturas.
Cargar a un bebé en posición vertical puede ayudar, ya que ayuda al movimiento de los gases y disminuye la acidez. Asimismo, una toalla caliente o una botella con agua caliente en el abdomen puede ser de ayuda. Algunos bebés prefieren estar acostados boca abajo, cuando están despiertos, mientras alguien les da un masaje en la espalda. La presión en el abdomen ayuda. (Para evitar el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante - SMSL-, no se debe poner a dormir a los bebés boca abajo).
Algunos bebés están felices únicamente cuando están chupando algo. Un chupete puede ser como bajado del cielo en estos casos.
La concentración de la leche materna cambia durante la lactancia. La "leche inicial" es abundante pero baja en calorías y grasa, y la "parte final" es mucho más rica. Algunas veces, se puede reducir el cólico permitiéndole al niño terminar el primer seno antes de ofrecerle el segundo. Si el bebé siempre parece estar incómodo o comer demasiado, entonces se le puede ofrecer solo un seno, tanto como quiera en un período de 2 a 3 horas. Así podrá darle al bebé más leche de la "parte final" que es más rica y en algunas ocasiones más calmante.
Algunos niños parecen estar mejor cuando se les da una vuelta en automóvil. Para estos bebés se puede intentar usar un dispositivo desarrollado por un pediatra que imita el movimiento y sonido de un automóvil. Por otro lado, algunos niños mejoran con otras formas más baratas de producir ruidos suaves, como el motor de una aspiradora o el sonido de una lavadora de ropa o de platos.
Las gotas de simeticona, un agente que elimina la formación de espuma y reduce el gas intestinal puede ser de ayuda. El cuerpo no lo absorbe y, por lo tanto, es muy seguro. Algunos médicos prescriben medicamentos más fuertes para el cólico severo (pero esto debe hacerse únicamente después de un examen físico).
Darse un descanso es una buena idea. Cada uno de los padres puede hacerse cargo y relevar al otro. Tomarse ratos para uno mismo es una parte importante de la dinámica de la nueva familia. Se podrá dar más atención al bebé cuando se ha tenido una oportunidad de refrescarse.

Expectativas (pronóstico)

Los cólicos son una condición benigna que el niño supera a los tres o cuatro meses de edad.

Complicaciones

Por lo general, no hay complicación alguna.

Situaciones que requieren asistencia médicaSituaciones que requieren asistencia médica
Se debe llamar al médico en caso de presentarse una situación preocupante. La consideración más importante es no hacer un diagnóstico equivocado de una enfermedad grave, concluyendo que se trata de un cólico. Si hay un cambio repentino en el patrón de llanto o de comportamiento o si el llanto va acompañado de fiebre, vómito fuerte, diarrea, heces sanguinolentas u otros síntomas o actividad anormales, se debe buscar asistencia médica inmediata.

Además, no se debe dudar en buscar ayuda inmediatamente si la persona se siente abrumada y teme que le vaya a causar daño al bebé.

Prevención

Un período de quisquillosidad o melindres es lo más probable sin importar todas las técnicas de prevención que se utilicen. No obstante, las buenas técnicas de alimentación (de acuerdo a los consejos de un experto en lactancia, si es apropiado), ayudar al bebé a eructar, y una identificación temprana de posibles alergias en la dieta del bebé o de la madre ayudarán a prevenir el cólico. Se recomienda ensayar técnicas para reconfortar antes que se desarrolle el cólico para dentificar las necesidades y deseos del bebé, lo cual puede ayudar a evitar que la intensidad del período de quisquillosidad aumente. El bebé debe ser valorado cada mes para evaluar la curva de peso, perímetro cefálico y talla, además para orientar un buen esquema nutricional tanto para el bebé coma para su mamita.